En el siglo XVI la hacienda pertenecía a los frailes Jerónimos, pasando más tarde en el siglo XIX a manos privadas, como consecuencia de la desamortización de Mendizábal.
Así los Condes de Odiel, sus propietarios, han ido restaurándola hasta nuestros días para que se pueda disfrutar en ella de la auténtica esencia de una hacienda andaluza.